Ocupá tu puesto porque es tu lugar de fuerza

A veces en consultas sobre conflictos o problemas laborales nos encontramos con las siguientes frases:
👉 Al final, hago lo que tendría que hacer mi jefe
👉 Si no lo hago yo, no lo hace nadie
👉 Me canso en la empresa porque tengo mil cosas para hacer
👉 Me toca cabecear el corner y atajarlo
👉 Todos me preguntan a mi como si yo fuese el dueño
👉 Los de arriba no tienen idea del negocio
La mayoría de las veces se trata de un problema de arrogancia, es decir, arrogarse, asumir un lugar, tareas o decisiones que no corresponden con el puesto de trabajo al cual se ha sido asignado/a.
Para evitar estos inconvenientes conviene tener claridad sobre las características del puesto, es decir, que es lo que específicamente debo hacer en ese puesto y que resultados se esperan de mi en el, según el reconocimiento convenido.
Muchas veces “saliéndonos” o extralimitando nuestro puesto de trabajo, estamos tratando de conseguir ese reconocimiento interno pendiente (de nuestros padres, la pareja) y es así como nos perdemos de hacer uso de nuestra propia fuerza, siendo lo que somos porque al fin y al cabo, alguien confió en nosotros y nos dio el puesto.